Eran las cinco de la mañana y todos sentados en la mesa de la cabaña desayunando, casi sin hablar...
La motivación no sólo era ver el Dakar sino ir a las Salinas Grandes. Era el primer sacrificio de las vacaciones.
Y partimos hacia la aventura fierrera. Tomamos la R.N 52, la misma que desemboca en el Paso de Jama, para pasar a Chile.
Los kilómtros y la duración del tramo aumentaron, cuando nos encontramos subiendo por la maravillosa Cuesta del Lipán. Aquella serpiente de cemento que alcanza los 4.179 m.s.n.m.. Realmente impactante.
Ëramos unos cuentos con destino al Dakar los que trepábamos la cuesta alrededor de las siete de la mañana.
Y llegamos a las Salinas Grandes donde tuvimos que hacer una elección importantisima (ja).
La disyuntiva era trasladarnos hasta Susques, casi doscientos kilómetros desde Purmamarca, que era el comienzo del tramo de enlace, que se llegaba por la ruta en perfectas condiciones, asfaltada; o hacer la mitad de kilómetros hacia el Parador El Moreno, por un camino consolidado y donde podríamos ver pasar a los competidores en el tramo cronometrado, o sea, "por los puntos".
Optamos por la segunda opción.
Avanzamos lentamente por el consolidado hasta encontrarnos con una marea de autos, camionetas y motos, con sus carpas a su lado. Era la familia fierrera que hizo noche en medio de la puna a la espera del Dakar.
Eran las nueve de la mañana y los espectadores muy tranquilos, como que faltaba algo de tiempo hasta que pasara el primer competidor. Nosotros, siendo esta nuestra primera experiencia, sin provisiones, sin asientos y el resto de "equipaje" que tenian en demasía el resto de los espectadores, aguardabamos por el príncipe qatarí, Peterhansen, Terranova y no se cuantos más.
La espera del primer competidor ya llevaba unas dos horas....Lo único que atinábamos a hacer, era mirar el horizonte de la puna cortado por las montañas. Y nada. Y el efecto del Fernet con Coca en los 3.000 mts hacia sus estragos y el servicio de salud se llenaba de trabajo. Eso fue nestro "espectáculo2 durante las dos primeras horas, ya casi tres.
Y alrededor nuestro la gente sacaba su parrillita, prendia el fuego, y ponia toda la carne al asador....delante nuestro, sin una galletita para desafiar la espera, que a esta altura, era una tensa espera de la parte femenina del la familia.
¡Ahi viene! gritaba algun gracioso cada tanto. Y no venía nada.
Pero después de cuatro horas de mirar la nada, apareció el primer participante. Una moto, para mi decepción, ya que esperaba que el primero sea un auto. Era el chileno Chaleco López.
Que bueno tenerlos a tan solo cinco metros. Ver como nos tiraba el polvo, el ruido...ahi viene otro. El francés Després...
Y pasaron 2, 3, 10 y veinte motos más. Me imagino que vienen los autos...y no. ¡Es un cuatri!
¡Vamos Patronelli!
Y continuaban pasando mezcladas las motos con los cuatriciclos. Era todo muy similar ( a los fanáticos le aviso que tengo unas cien fotos de motos y cuatris levantando polvo por Jujuy). Y cuando se cae uno, me preguntaba. Quería la mejor foto. Y no se caía ninguno. Y eran las dos de la tarde, sin almorzar, y....nos vamos. Nos esperan las salinas, la cuesta, y recien, después de todo eso, el almuerzo-merienda.
Y no vimos los autos pasar, pero si los camiones en la cuesta, a la par nuestra, ya que nos enteramos que ese tramo de camiones fue suspendido.
Y llegamos a las Salinas. Tomamos unas fotos sobre este escenario natural ideal para eso. Nos sacamos el malhumor del Dakar jugando en familia. Este fue el resultado.
Y llegamos nuevamente a Purmamarca. Empanadas y a la cabaña a descansar. Algo cansados.
Fin de un día agitado. Los "fierros" no es nuestra especialidad.