jueves, 10 de enero de 2013

DE CAFAYATE A QUILMES


Un día más en Cafayate. Pero hoy es día de andar con el auto.
Un buen desayuno en el hotel, y tomamos la 40 con rumbo sur, previa compra de bebidas y hielo, para mantenerlas frías en la conservadora.
El destino fue las Ruinas de los Quilmes, en provincia tucumana, a kilómetros del límite provincial con Salta.
Llegamos a las ruinas, donde nos esperaba Zulema, una guía oriunda de la zona, una guía de origen quilmeño, que nos explicó con lujo de detalles, todo acerca de sus antepasados. Todo un lujo.



Luego de caminar bajo el sol, por las ruinas muy bien cuidadas, a pesar de las tantas disputas con los diferentes gobiernos provinciales de turno y de empresarios dispuestos a lucrar con los lugares sagrados de los pueblos originarios, partimos hacia Amaicha del Valle.
Volvimos con Cecilia al Museo de la Pachamama del artista Cruz, el cual nos había impactado. No nos resultó lo mismo que la anterior oportunidad, ya que veníamos de escuchar a los Quilmes, y ahora teníamos las dos campanas del asunto.
Dejando la política del medio, el museo se amplió y son muy bonitas sus esculturas.


Volviendo por la misma ruta que nos trajo a Tucumán, volvemos a Cafayate, pero antes de que nos tome la siesta por asalto, decidimos almorzar en Tolombón, kilómetros antes.

Llegamos a Cafayate en plena siesta y como estaba muy lindo el día, decidimos continuar viaje a la bodega San Pedro de Yacochuya, quería tener el lujo de contar con uno de los mejores vinos actuales. Nos metimos por un camino y otro, y otro….y por suerte llegamos a destino. Nos faltó un punto muy importante…era domingo. Bodega cerrada.
Foto de “acá estuvimos” y partimos, ahora si, a la pileta del hotel.







Era la última noche cafayeteña, y debíamos cumplir con un pedido, para lo cual fuimos a una de las tantas vinotecas y de paso sumar una para mi colección, un Coquena de la bodega de Yacochuya. Una aclaración, casi no he tomado un solo vaso de vino por el manejo, pero cuando llegue a Buenos Aires…tengo una buena excusa, y quizás mas de alguno de ustedes me acompañe.

Continuamos buscando regalo de cumpleaños, pero decidimos esperar a Salta capital para buscar más opciones.
No encontramos una sola librería ni casa que venda música, algo extraño con tanto turismo y los libros interesantes que tratan de la zona calchaquí, ni hablar de la música folklórica.
Por ser la última noche, fuimos tras unas empanadas (y van…) frente a la plaza y con un grupo musical que nos hizo cantar zambas, chacareras y aro, aro arooooo….ayer pasé por tu casa, y me tiraste con una humita…..chango, eso ta-mal!!!!


Y también escuchamos esto....no una sola vez, sino varias!!!! Ya me se la letra....
 

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