Último día
del año 2012. Toda una costumbre nuestra, la de pasar los 31 de diciembre, los
cuatro, en algún lugar lejano. Fue el turno de Valeria del Mar, de La Cumbre,
Villa Gesell, Bariloche, y todo indicaría que el 2012 sería en el lugar más
remoto de todos estos años: Villa Unión, La Rioja.
¿Cómo fue
la elección de este sitio? Simple, se encuentra a tan sólo cincuenta kilómetros
del P.N. Talampaya.
Pero
temprano estábamos desayunando en San Juan, en el hotel Aire Andino. Nos
abastecimos de nafta el auto, y de bebidas nosotros. La sed que nos provocan
las altas temperaturas como el polvo en el aire por culpa del viento Zonda, nos
permite el consumo indiscriminado de gaseosas y aguas, bien sumergidas sobre
hielos.
Salimos de
la capital pasando nuevamente por entre los viñedos. Llegamos a Caucete y
tomamos la ruta 20, para conocer algo de la famosa Difunta Correa. Es
impactante como la gente le agradece a la “difunta” como pueden ver en las
fotos sacadas por Estanislao.
Continuamos
rápido, demasiado rápido. Teníamos que recorrer trescientos kilómetros para
visitar el P.N Ischigualasto (más conocido como Valle de la Luna), el P.N.
Talampaya, llegar a Villa Unión, y festejar el año nuevo. Todo con 40°C. Día
complicado,
lo sabíamos.
Si bien fue
una ruta muy divertida (por la cantidad increíble de badenes), resultaba un
tanto peligrosa por los animales sueltos que se cruzaban por el pavimento.
Llegamos a
San Agustín del Valle Fértil, casi una parada obligada por el combustible y el
miedo de llegar con lo justo a destino. Era el mediodía y llegamos al “Valle de
la Luna”. El cartel en la entrada, nos indicaba que estaba abierto todo el año,
y que los domingos permanecía abierto de 9 a 17 horas…olvidaron agregar que los
31 de diciembre solo lo hacen hasta las 12 horas. Cuestión, una desilusión. No
pudimos recorrerlo.
Salimos
raudamente hacia Talampaya, con el miedo de que nos vuelva a suceder lo mismo.
Ya en tierra riojana, acelerando por ese camino recto que nos lleva hacia el
portal del parque.
Gran sorpresa nos llevamos con Cecilia, por la
modernización que hicieron, ya que estuvimos allí alrededor de doce años atrás.
Diferentes
alternativas de excursiones, restaurante y un parque temático de los
Dinosaurios de la era Triásica, imperdible.
Optamos
recorrer el parque con la excursión en el camión acondicionado muy similar al
que recorre el trazado del Tren a las Nubes en Salta, donde se puede viajar en
la terraza del mismo.
Ya habiendo
estado en Talampaya, no deja de sorprendernos. Uno trata de reflejar la inmensidad
y los diferentes tonos de colorados en fotografías, pero jamás será lo mismo.
Vimos los
petroglifos, los paredones (o gigantes frontones de tenis con cóndores
incluidos), imágenes, como la “Iglesia Gótica”, el “Rey Mago en camello”, “La
torre”, “El totem”, “El monje” y “La tortuga” entre otros, forman parte de este
gran parque nacional.
Tras la vuelta de un sendero recorrido a pie, nos encontramos con la sorpresa de un torrontés riojano, acompañado de membrillos, higos, y algunas aceitunas que dejo Majo.
Por demás
satisfechos con la excursión realizada en el P.N. Talampaya, y más por las
sonrisas de los chicos, totalmente satisfechos…y cansados. Nos quedaba un
“tironcito” de una hora aproximadamente para Villa Unión, donde nos esperaban
la cabaña para pasar nuestras últimas horas del 2012.
Pocas ganas
quedaron después de la ducha, de esperar a la medianoche. Y como también es
costumbre, levanté la copa a la medianoche, y festejé con Lapegue y el “Rifle”
por un año nuevo más que comienza…los demás dormían.
Muy feliz 2013 les deseamos la familia Chiari - Murray.
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